El tiempo libre es el espacio disponible,
en una doble dimensión de «libre de» y
«libre para», que podemos utilizar de forma
enriquecedora o malgastar. El problema a
afrontar reside, desde un horizonte educativo,
en estimular y plantear la utilización positiva del mismo. Se convierte en ocio cuando lo
empleamos para realizar lo que, además de gustarnos,
nos debería hacer crecer como personas.
Los objetivos perseguidos hay que buscarlos
en la persona, en sus necesidades, deseos,
intereses e inquietudes, así como en la forma de
vida que lleva, para alejarla de la pasividad, de
la escasa creatividad y, en muchos casos, con
una alta dosis de tensiones individuales y sociales.
El ocio, pues, se considera aquella actividad
que encierra valor en sí misma y resulta interesante
y sugestiva.
Las actividades de nuestro centro irán dirigidas a los intereses de las personas que las soliciten e irán cambiando siguiendo las directrices marcadas por ellas mismas.